La ansiedad es un miedo que se siente ante algo indefinido, que a menudo ni siquiera se puede explicar, pero que se expresa como consecuencia de un proceso cognitivo anticipatorio. Es decir, si algo nos provoca ansiedad es porque sabemos interpretarlo como una amenaza. (Cotrufo & Ureña Bares; 2018:79).

Hay estrés cuando, para el sujeto, existe una desproporción entre las exigencias de la situación y su capacidad de respuestas vividas como superiores a sus recursos, poniendo en peligro su bienestar. Esta evaluación (appraisal de Lazarus) es lo que cuenta. (Jean Rivolier, en Le Scanff & Bertsch; 1999:24).

La ansiedad como emoción secundaria y el estrés como proceso marcan nuestra civilización; de alguna manera, muchos de nosotros vivimos persiguiendo metas, y más o menos esclavizados por pensamientos y rumiaciones negativos. Convivir armónicamente con nosotros mismos y nuestros vínculos, redescubrir lo obvio y disfrutar del momento presente, disponible, valorando y revalorizando nuestras cualidades y dones, parecen haberse convertido en utopías. 

En virtud de ello, desde nuestras líneas de Psicología Deportiva, Psicología Clínica y de Mindfulness desarrollamos diferentes estrategias, caminos de crecimiento personal y vías de sanación de jóvenes y adultos, organizados en objetivos y etapas conducentes a restablecer nuestro equilibrio existencial.

Todos nuestros métodos, ayudas y soluciones surgen de una evaluación inicial de la persona, del cual surge la elaboración de un programa específico diseñado a medida de sus motivaciones, y tienen por finalidad primordial suministrar contención afectivo-emocional en los casos requeridos, estimular nuestras capacidades latentes, acompañarte en la redefinición de tus prioridades, ayudándote a cumplir tus aspiraciones y proyectar tu autonomía.